Un ex capitán naval chino arrestado por ingresar ilegalmente a Taiwán en barco fue acusado formalmente el miércoles, pero los fiscales dijeron que “no hubo participación militar o de seguridad nacional” vinculada a su acto.
El hombre, de apellido Ruan, fue recogido por la guardia costera de Taiwán en junio después de que su embarcación chocara con otras embarcaciones en el río Tamsui, que fluye desde la capital, Taipei, hasta la costa norte de la isla.
Los funcionarios dijeron que él era uno de los 18 supuestos desertores de China (que reclama a Taiwán como parte de su territorio) vistos durante el último año aproximadamente.
Todos afirmaron admirar el “estilo de vida democrático” de Taiwán, dijeron las autoridades, quienes también advirtieron que no podían descartar la posibilidad de que las incursiones fueran una prueba de las defensas de la isla por parte de China.
Ruan, de 60 años, identificado por las autoridades taiwanesas como un ex capitán de la marina china, habría dicho a los oficiales de la guardia costera en el lugar que quería “desertar”.
La Fiscalía del Distrito de Shilin lo acusó el miércoles de violar una ley que rige las relaciones con China y también de entrar en Taiwán sin permiso.
“El acusado llegó clandestinamente a Taiwán en barco por razones personales… no se encontró ninguna implicación en delitos militares o de seguridad nacional”, afirmó en un comunicado.
En los últimos años, China ha incrementado las presiones militares y políticas sobre la isla, mientras que Pekín ha cortado todas las comunicaciones de alto nivel desde 2016.
Las tensiones se han disparado durante dos administraciones consecutivas de Taipei –primero bajo la ex líder Tsai Ing-wen, y ahora bajo la del presidente Lai Ching-te– que se han negado a reconocer el reclamo de China sobre Taiwán.
Las relaciones se han visto aún más deterioradas desde febrero tras una serie de incidentes con barcos pesqueros, incluido uno en julio, cuando un barco taiwanés que transportaba cinco personas fue capturado por la guardia costera china por presuntamente pescar ilegalmente en las costas de la provincia china de Fujian.
La Agencia de Pesca de Taiwán insistió en que el área donde ocurrió el incidente era un caladero tradicional para ambas partes.
El Consejo de Asuntos Continentales, que se ocupa de las cuestiones entre ambos lados del estrecho, confirmó el miércoles que un taiwanés y tres tripulantes indonesios fueron repatriados el día anterior.
Sin embargo, el capitán del barco no fue liberado y el MAC instó a China a liberar al capitán y devolver el barco pesquero a Taiwán “lo antes posible”, dijo en un comunicado.
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