EL PASO, Texas (KTSM) — La familia del agente retirado del FBI Julio Cordero está luchando por asimilar lo que llevó a su muerte después de un encuentro con un oficial de policía del Distrito Escolar Independiente de El Paso la madrugada del jueves 22 de agosto en Franklin High School.
Cordero, de 56 años, fue asesinado en la escuela alrededor de las 5:45 am después de que un oficial de policía de EPISD supuestamente lo encontró vandalizando la escuela a la que asiste su hijo mayor como estudiante de último año.
Días después de su muerte, su familia dice que aún no han sido notificados formalmente de su muerte por las agencias investigadoras ni han recibido información sobre cuándo pueden comenzar a planificar su funeral.
Cordero nació en una familia de ocho hijos de padres de clase trabajadora que inculcaron a sus hijos la importancia de la educación. Después de que los ocho se graduaran de la escuela secundaria Bel Air, tres de los hijos de Cordero —Pete, Marco y Julio— se unieron al FBI a mediados de los años 90.
Durante su condecorada carrera como agente del FBI, Cordero ganó numerosos premios, incluido el Premio al Servicio Distinguido del Fiscal General por liderar la investigación de la Operación Peones Envenenados. La investigación dio lugar a más de 40 condenas de destacados habitantes de El Paso en una red de corrupción pública masiva. Entre las condenas figuraban el ex juez del condado Anthony Cobos, el abogado local Luther Jones y otros destacados líderes empresariales y funcionarios electos de El Paso.
Mientras la carrera de Cordero avanzaba, su vida personal comenzó a desmoronarse. En 2014, un hombre suicida se abalanzó sobre el auto de Cordero y murió. Marco dice que Julio comenzó a tener pesadillas.
Luego, los recuerdos de un accidente automovilístico ocurrido en 1993 que se cobró la vida de la hermana de Julio comenzaron a resurgir. Si bien Julio salió del accidente con solo una conmoción cerebral, el accidente que mató a su hermana y a su novio también comenzó a perseguirlo. Comenzó a sentirse culpable por sus muertes y eso se filtró en sus relaciones.
“Era un agente de la ley muy respetado en la ciudad. Hizo una gran diferencia. Para aquellos que no conocen Poisoned Pawns, lean sobre el tema. Ese era su bebé”, dijo Marco. “Tuvo una carrera estelar. Una carrera que a muchos de nosotros nos gustaría, pero ninguna profesión debería ser más importante que tu familia”.
Después de retirarse del FBI en 2018, el estado mental de Julio siguió deteriorándose. A pesar de los intentos de sus familiares por ayudarlo, Julio a menudo dejaba de dormir durante días seguidos y sufría paranoia y síntomas de TEPT. Empezó a tomar medicamentos y mejoró, pero luego dejó de tomarlos y comenzó el ciclo nuevamente.
“La gente hermosa se enferma. Lo cuidaron muy bien y nosotros, como familia, hicimos todo lo posible para protegerlo. Aparte de vivir su vida, no había nada más que pudiéramos haber hecho”, dice Marco Cordero.
Aunque Marco dice que Julio no era un hombre violento y que nunca tuvo un arma después de dejar el FBI, tuvo algunos problemas en los últimos dos años a raíz de su estado mental en deterioro. Había comenzado a romper ventanas. A menudo, una vez que las rompía y salía de su estado mental, regresaba a los negocios y se disculpaba, ofreciéndose a pagar los daños.
Como familia encargada de hacer cumplir la ley, los Cordero ahora ven el mundo desde una perspectiva diferente.
“Cuando se asustaba, se quedaba paralizado. Era como si le estuvieras hablando, pero no te oía. No puede procesar la información, así que es muy posible que le estén dando órdenes y que no esté haciendo lo que se supone que debe hacer, y parte de ello es miedo, y la otra parte es el trastorno de estrés postraumático que se ha activado”, dijo Marco Cordero. “No sé, ¿verdad? De repente, me encuentro al otro lado de la valla, y ahora no soy tan rápido para decir: 'Haz lo que te dicen los policías'”.
La familia se pregunta por qué no se utilizó una fuerza menos letal y dice que esperan que la policía de EPISD entregue la cámara corporal y las imágenes de vigilancia a amigos de la familia en las fuerzas del orden, quienes pueden revisar personalmente el incidente que condujo a su muerte para determinar si el uso de la fuerza estaba justificado.
Mientras tanto, deciden centrarse en el hombre increíble y amable que fue Julio, su increíble carrera como agente de la ley y su mejor legado: sus cuatro hijos.
Si usted o alguien que conoce está atravesando una crisis de salud mental, llame o envíe un mensaje de texto al 988 para comunicarse con un consejero capacitado las 24 horas, los 7 días de la semana.
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