Por Gleb Bryanski
MOSCÚ (Reuters) – El multimillonario ruso Oleg Deripaska fue atacado el viernes por partidarios de la guerra en Ucrania después de hacer una inusual declaración contra la guerra en la que describió el conflicto como “una locura” y pidió un alto el fuego sin condiciones previas.
Deripaska hizo el comentario en una entrevista con Nikkei Asia en Japón esta semana en el marco de una reunión del Consejo Asesor Empresarial del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), donde representó oficialmente a Rusia.
Nikkei Asia dijo que criticó el gasto de defensa de su país y pidió un “alto el fuego inmediato e incondicional” en Ucrania, diciendo: “Si quieres detener la guerra, primero debes detener el fuego”.
Los comentarios reportados marcaron la crítica más fuerte a la guerra por parte de un empresario poderoso que aún permanece en Rusia desde el inicio del conflicto en febrero de 2022.
“Anteriormente, la posición de Deripaska sobre la operación militar especial era ambigua. Ahora ha dejado clara su postura. Está en el otro lado”, dijo el filósofo Alexander Dugin, considerado por muchos como uno de los ideólogos clave de la guerra.
“Esto es una puñalada por la espalda a nuestras fuerzas y una ayuda a los terroristas del ejército ucraniano que han invadido la región de Kursk”, añadió Dugin en un comunicado publicado en su canal de Telegram.
Los representantes de Deripaska no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Deripaska se diversificó en el comercio de metales mientras la Unión Soviética se desmoronaba, amasando una fortuna comprando participaciones en fábricas de aluminio. Forbes estimó su fortuna en 2024 en 2.800 millones de dólares.
En sus últimos comentarios, fue más allá que en 2022, cuando pidió la paz en Ucrania y calificó la guerra como una tragedia tanto para el pueblo ruso como para el ucraniano.
Deripaska ha estado bajo sanciones de Estados Unidos desde 2018 y ha intentado impugnarlas legalmente en tribunales estadounidenses. Está bajo sanciones de la Unión Europea y Gran Bretaña desde 2022. Calificó las sanciones como “un instrumento del siglo XIX” y dijo que eran ineficientes.
(Reporte de Gleb Bryanski; editado por Mark Trevelyan)