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Otro evento de Cars and Coffee ha acabado en desastre, esta vez en Cypress, Texas, donde el piloto de un Ferrari F8 Tributo perdió el control y se estrelló contra una barrera de separación. El incidente ocurrió el 9 de julio durante la popular concentración, dejando la parte delantera del hipercoche completamente destrozada. Para colmo de males, el accidente ocurrió justo delante de un agente de policía, lo que complicó aún más la situación para los organizadores del evento.
La escena es muy familiar: un coche de alta potencia sale de una competición automovilística y el conductor, en un intento de presumir, pierde el control, lo que provoca un accidente costoso y peligroso. Si bien el conductor es sin duda el culpable de este comportamiento imprudente, los espectadores que a menudo alientan a los conductores a hacer derrapes, derrapar y otras maniobras arriesgadas comparten parte de la responsabilidad. Sus ovaciones y sus teléfonos con cámara, listos para capturar el momento para las redes sociales, crean una atmósfera en la que los conductores se sienten presionados a realizar acrobacias.
Afortunadamente, nadie resultó herido en este incidente en particular, pero el resultado podría haber sido mucho peor. En el pasado, accidentes similares han tenido como resultado vehículos que se han estrellado contra la multitud, causando lesiones graves. Cada vez que ocurre un accidente de este tipo, atrae la atención negativa de las fuerzas del orden y los funcionarios municipales, lo que dificulta que los entusiastas de los automóviles organicen eventos futuros.
No se trata solo de la falta de criterio de un piloto de Ferrari, sino del impacto que estas acciones tienen en toda la comunidad de entusiastas de los coches. En ciudades de todo el país, los eventos Cars and Coffee han tenido que suspenderse debido a quejas sobre el ruido y la conducción peligrosa. Un pequeño número de individuos imprudentes están empañando la reputación de los entusiastas de los coches y haciendo que sea cada vez más difícil celebrar estas reuniones.
Aunque algunos pueden encontrar humor en la situación o restarle importancia al incidente porque el conductor puede afrontar los daños, la realidad es que ese tipo de comportamiento daña la reputación de la comunidad. Las acciones de un conductor imprudente pueden generar un mayor escrutinio y regulaciones que afecten a todos los que disfrutan de la cultura del automóvil.
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