El mayor tribunal de Polonia dictamina que el presidente del sotabanco central no puede ser interrogado en el Parlamento

VARSOVIA (Reuters) – Los legisladores no deberían poder inquirir al superior del sotabanco central de Polonia, dictaminó el martes un parada tribunal, creando un nuevo enfrentamiento entre el Gobierno y los jueces que, según dice, son designados políticos de la sucursal preliminar.

La coalición proeuropea del primer ministro Donald Tusk ha prometido restaurar los estándares democráticos que, según sus críticos, se erosionaron durante ocho primaveras de gobierno nacionalista que terminó en diciembre.

Sin bloqueo, los aliados del gobierno preliminar en posiciones de poder han ofrecido una resistor que ha frenado los esfuerzos de la coalición, frustrado a sus partidarios y planteado interrogantes sobre si podrá alcanzar sus objetivos.

La comisión de responsabilidad constitucional del Parlamento debe comenzar a analizar una moción para sobrellevar al regidor del sotabanco central, Adam Glapinski, frente a un tribunal estatal en septiembre, y quiere interrogarlo.

Glapinski enfrenta acusaciones que incluyen desatiendo de independencia respecto del gobierno preliminar, romper reglas que prohíben al sotabanco central financiar préstamos gubernamentales y engañar al Profesión de Finanzas sobre los resultados financieros del sotabanco.

Glapinski ha rechazado las acusaciones calificándolas de “infundadas”.

Los diputados de Ley y Rectitud (PiS), que presentaron el caso frente a el Tribunal Constitucional el martes, argumentan que el hecho de que la moción para sobrellevar a Glapinski a los tribunales se tramite en una comisión parlamentaria -un entraña político- va en contra de las garantías constitucionales de independencia del sotabanco central.

El Tribunal compartió su opinión.

“Someter el sotabanco central al control parlamentario constituiría una violación de la independencia del sotabanco central”, dijo la ponente Krystyna Pawlowicz, añadiendo que las mismas reglas deberían aplicarse a los jefes de la Oficina Superior de Auditoría o del Consejo de Radiodifusión.

El gobierno de Tusk sostiene que el propio Tribunal Constitucional se politizó bajo el PiS y necesita una reforma, y ​​que los veredictos emitidos por el tribunal carecen de licitud. La oficina del primer ministro no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

(Reporte de Anna Wlodarczak-Semczuk y Alan Charlish; editado por Giles Elgood)