Nota del editor: Call to Earth es una serie editorial de CNN dedicada a informar sobre los desafíos ambientales que enfrenta nuestro planeta, adyacente con las soluciones. La iniciativa Perpetual Planet de Rolex se ha asociado con CNN para desarrollar conciencia y educación sobre temas esencia de sostenibilidad e inspirar acciones positivas.
A principios del siglo XXI, la antiguamente rico población de linces de España estaba al borde de la acabamiento, diezmada por una combinación de pérdida de hábitat, disminución de sus presas principales, caza y accidentes de tráfico.
Tras décadas de trabajo de conservación, el agudo ibero ha conseguido una extraordinario recuperación y una nueva iniciativa utiliza un sistema de adhesión tecnología para proteger al felino salvaje de uno de sus enemigos más letales: el tráfico rodado.
“En 2001, había menos de 50 individuos maduros en estado salvaje, distribuidos en dos poblaciones”, explica el Dr. Urs Breitenmoser, ecólogo carnívoro y ex estudiado senior de la Universidad de Berna, que copreside el Agrupación de Especialistas en Felinos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Para 2022, esa emblema se disparó a 648, según la UICN y estima que la población de linces jóvenes y maduros es ahora de más de 2.000.
Este cambio es el resultado de un esquema de conservación de 100 millones de euros (112 millones de dólares) —financiado por la UE y el gobierno castellano— que ha involucrado a grupos conservacionistas, así como a autoridades nacionales y regionales de todo el sur de España.
Las estrategias de conservación, como la repoblación de las poblaciones de su presa principal, el conejo, y la restauración de hábitats, por ejemplo mediante la reconversión de las plantaciones de pinos a su matorral diferente, han entregado sus frutos y, en junio de este año, la UICN elevó la categoría del agudo ibero de en peligro de acabamiento a relajado. “Para un carnívoro relativamente egregio, es una velocidad de recuperación increíble”, afirma Breitenmoser.
Sonido y luz
Sin requisa, la UICN reconoce que el agudo ibero sigue estando amenazado. Depende en gran medida de los conejos silvestres para alimentarse, que son especialmente vulnerables a los virus. La caza furtiva sigue siendo una amenaza, al igual que el cambio climático, que está afectando a los hábitats del agudo, y la seguridad viario sigue siendo un problema.
Para solucionar su dispersión, los linces tienen territorios de hasta 20 kilómetros cuadrados (aunque pueden variar mucho), lo que Breitenmoser describe como “un ingenioso truco de la naturaleza para evitar la endogamia”. Pero para poder desplazarse independientemente por ellos a menudo es necesario cruzar carreteras muy transitadas.
En la errata de 1980, los atropellos tuvieron un papel esencia en la mortalidad de los linces en la zona de Doñana (un superficie destacado para el agudo ibero), llegando a representar casi el 17% de las muertes. Para afrontar este problema, a principios de la errata de 2000, los programas de conservación introdujeron medidas de seguridad, instalando vallas y pasos subterráneos que proporcionan una forma segura para que los linces caminen entre hábitats sin tener que cruzar ninguna carretera.
Entre 2006 y 2011, los atropellos en carretera supusieron el 6,6% de las muertes en Sierra Morena y el 8,6% en Doñana. Puede que no parezca mucho, pero Breitenmoser explica que, entregado que las poblaciones de agudo estaban en tranquilo peligro en aquel momento, el impacto fue significativo.
“Hace vigésimo abriles, cada atropello era una auténtica catástrofe. Aunque se dijera que uno o dos linces no son importantes, en esta situación cada individuo sí lo era”, afirma Breitenmoser.
Mientras la especie se recupera, evitar los atropellos es una prioridad y un esquema de la Encaje de Andalucía está utilizando “vallas virtuales” para proteger a los linces del tráfico. Se colocan sensores a 50 metros de distancia en los laterales de las carreteras principales, que detectan cuando hay un animal cerca y les avisan cuando se acercan coches, explica Francisco Javier Salcedo Ortiz, coordinador del esquema LIFE Lynx-Connect. “Los sensores todavía se activan cuando detectan los faros de los coches, avisando a los animales con señales sonoras y luminosas para que no crucen”, explica.
En Jaén, Andalucía, se instalaron 4,5 kilómetros de vallas virtuales a lo rebosante de una carretera principal en 2022 y en Mingrana se están instalando vallas tanto físicas como virtuales en un tramo de 20 kilómetros.
El esquema todavía está teniendo un impacto en los conductores, que suelen aminorar la velocidad cuando se activan las alarmas acústicas y luminosas. “Hemos notado claramente que se ha producido una reducción de la velocidad de los conductores cuando se activa el dispositivo”, afirma Marcos López-Parra, técnico del plan de recuperación del agudo en la Encaje de Andalucía. “Estamos reduciendo el aventura de colisión”.
En el centro de Italia se ha utilizado una tecnología similar para proteger al oso pardo de Marsican del tráfico rodado, con la incorporación de sensores infrarrojos y cámaras térmicas para detectar la presencia de los animales al borde de las carreteras y mandar una alerta sonora a los conductores para que reduzcan la velocidad. La estructura que está detrás de la iniciativa afirma que ha tenido una operatividad de casi el 100%.
Ortiz dice que en un plazo de cinco abriles se gastarán casi 4,5 millones de euros (5 millones de dólares) en mejorar los hábitats y casi 2,9 millones de euros (3,2 millones de dólares) en impulsar la conectividad, incluidas vallas virtuales.
La esperanza es que ayudar a los linces a cruzar las carreteras de forma segura aumentará los encuentros entre diferentes poblaciones, lo que podría beneficiar a los felinos de Andalucía, la cercana Extremadura e incluso el vecino Portugal. Breitenmoser afirma que la conectividad entre poblaciones vecinas es esencial para prolongar “la espesura genética y demográfica de una gran población”.
Se están desarrollando tecnologías aún más ingeniosas. Científicos de la Universidad de Córdoba (España) están aprovechando las señales químicas que utilizan los linces durante la temporada de cría para crear rastros de olor artificiales que podrían conectar distintas poblaciones a través de pasos subterráneos.
El primer año del esquema se centró en completar los observación a nivel molecular y ahora los investigadores están experimentando sobre el dominio. La tarea final será crear un corredor de olores y comprobar si los gatos lo siguen. Está previsto que el estudio concluya en septiembre de 2025.
“Está todavía en una etapa auténtico, pero es una alternativa interesante ya que puede resultar más crematístico que lo que se viene haciendo asiduamente en las autopistas y puede ayudar a los linces a cruzar con seguridad por debajo de las carreteras”, comenta Ortiz.
Los conservacionistas afirman que los esfuerzos por ayudar al agudo beneficiarán a otros animales salvajes de la región. “El agudo desempeña un papel ecológico muy importante al influir en muchas otras especies, no solo en la población de conejos de los que se alimenta, sino todavía en depredadores menores como los zorros”, explica Breitenmoser. “Puede proporcionar algunos servicios a otros grandes carnívoros como el agudo imperial”, que todavía depende de las poblaciones de conejos salvajes para sobrevivir, añade.
Más allá de la innovación, para Ortiz el futuro del agudo ibero depende de la cooperación. “El éxito de un esquema se define por la capacidad de construir poco a partir de la suma de muchas partes”, afirma. “Debemos involucrar a todo tipo de sectores, incluidos cazadores, propietarios de tierras, conservacionistas y más”.
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