El Gobierno galés se ha comprometido a cambiar las “creencias y el comportamiento de la mayoría blanca” en Gales.
La administración delegada del Partido Laborista prometió erradicar el racismo para 2030 y estableció un plan de acción antirracista que insiste en que todos los aspectos de la vida pública sean “inclusivos”.
Para cumplir con las demandas del plan, los organismos públicos han lanzado políticas que incluyen la posible destrucción de estatuas de “viejos hombres blancos” que se han considerado ofensivas, y los informes oficiales han aconsejado la creación de “áreas libres de perros” para impulsar la inclusión.
El Gobierno laborista ha revelado ahora que uno de los resultados del plan será un cambio en “las creencias y el comportamiento de la mayoría blanca”.
Así se afirma en un plan actualizado publicado con un prólogo de Eluned Morgan, primera ministra de Gales, quien ha reiterado su “compromiso con la construcción de una sociedad inclusiva y equitativa para todos nuestros pueblos y comunidades negros, asiáticos y de minorías étnicas”.
Una explicación de la “lógica” del plan de acción actualizado afirma que la “visión general de un Gales antirracista” se logrará mediante “cambios en el conocimiento, las creencias, las experiencias y el comportamiento, así como cambios sistémicos y culturales”.
El plan debe aplicarse “en todos los ámbitos de la vida”
Afirma que los resultados de los cambios de políticas realizados para lograr esta visión deben tener lugar a nivel organizacional, social e “individual”.
El plan añade que esto “incluye cambios en las creencias y el comportamiento de la mayoría blanca”.
Los cambios previstos en la sociedad serán medidos por la Unidad de Evidencia de Disparidad Racial de Gales, que analizará “si estamos viendo una reducción en las disparidades”.
El plan establece que esta reducción de las disparidades raciales debe perseguirse en todas las instituciones públicas y en todos los ámbitos de la vida, desde el empleo en la administración pública hasta el trabajo de museos y galerías de arte.
El Gobierno de Gales, como empleador, se ha propuesto “impulsar un cambio de comportamiento” con medidas como “inducción para nuevos empleados” y “opciones de formación obligatoria”.
El plan también requiere trabajo juvenil para apoyar sus objetivos fomentando debates sobre el racismo entre los jóvenes.
El gobierno laborista reunió evidencia para informar políticas futuras destinadas a hacer que las actividades al aire libre sean más inclusivas para las minorías étnicas. Un informe de asesoramiento al gobierno sugirió la creación de “áreas libres de perros” para ayudar a lograrlo.
Para lograr los objetivos del plan de acción antirracista, se ha pedido a los museos, galerías y obras de arte públicas que establezcan la “narrativa histórica correcta” que proporcione un “relato descolonizado del pasado”.
Esta versión de la historia de Gales debe ser “una que reconozca tanto las injusticias históricas como el impacto positivo de las comunidades étnicas minoritarias y asiáticas negras”.
Esto ha llevado a que instituciones como el Museo Nacional del Carbón Big Pit reciban el mandato de proporcionar material educativo que “conte historias a través de la lente de las experiencias de personas negras, asiáticas y de minorías étnicas”.
Las directivas del gobierno galés ya han llevado a que se emitan consejos oficiales sobre cómo lidiar con las estatuas potencialmente ofensivas del almirante Nelson, el duque de Wellington y Henry Morton Stanley, quienes tienen monumentos en Gales.
Las directrices gubernamentales creadas en 2023 establecían que las estatuas históricas que a menudo glorifican a “hombres blancos poderosos, mayores y sanos” pueden resultar “ofensivas” para un público moderno más diverso.
El aviso activo a los ayuntamientos y otros organismos responsables del arte público afirma que dichas estatuas podrían ocultarse o destruirse.
Las demandas políticas para hacer realidad la visión de un Gales antirracista llevaron a un proyecto de 130.000 libras esterlinas para hacer que las bibliotecas sean más inclusivas.
Los trabajos preliminares produjeron orientaciones que pretendían que los bibliotecarios “desafiaran el” paradigma de la blancura “, y la formación antirracista sólo debía impartirse en edificios que no fueran en sí mismos “racistas”.
Un portavoz del gobierno galés dijo: “Estamos comprometidos a crear una nación antirracista para 2030. Nuestro plan de acción antirracista de Gales se basa en los valores del antirracismo y exige tolerancia cero ante toda desigualdad racial”.