A diferencia de los vídeos de acarreo, esta estrategia de redes sociales fomenta la introspección y una reevaluación de la producción y promoción de la moda. “A medida que participamos en todo el proceso, desde la selección de la tela, la confección y la costura hasta la creación de una prenda, también nos relacionamos con los consumidores”, dice Lilli, una diseñadora con sede en Shanghai. “No sólo promocionamos nuestro producto sino que también creamos conciencia sobre la sostenibilidad. En última instancia, cuando alguien realiza una compra, marca un pequeño logro para nuestra sociedad. Además, para nosotros esto es un pequeño éxito”.
CAMBIOS LENTOS EN MODA RÁPIDA
La generación más joven de China se ha interesado más en adoptar un estilo de vida sostenible. Y Reacción contra la moda rápida, tanto dentro de China como a nivel internacional, ha presionado a corporaciones y gobiernos a reducir su huella. SHEIN se ha comprometido a frenar los gases de efecto invernadero mediante 25 por ciento para 2030. En 2022, el gobierno chino declaró su intención de reciclar el 25 por ciento de sus desechos textiles, con el objetivo de generar anualmente 2 millones de toneladas métricas de tela reciclada para 2025. Queda por ver cuán factibles y sinceros son estos objetivos, dada la falta de transparencia en torno a la infraestructura de reciclaje y los mecanismos de aplicación de China.
Mientras tanto, los diseñadores con conciencia ecológica todavía enfrentan el formidable desafío de competir contra las corporaciones de moda rápida que se han expandido por China y el mundo. El atractivo de las prendas duraderas y sostenibles que diseñan aún tiene que encontrar un punto de apoyo significativo dentro del creciente dominio de los artículos baratos y desechables.
Además, la presión para seguir nuevas tendencias y comprar marcas de alta costura, impulsada principalmente por los países occidentales, margina aún más el mercado de tejidos reciclados. Sin un cambio significativo en el comportamiento del consumidor y esfuerzos concertados para abordar estas poderosas fuerzas, la viabilidad económica de las iniciativas de reciclaje textil y los cambios hacia materiales más sostenibles seguirán viéndose socavadas.
“No sé si podremos ver mejoras en la industria de la moda de China en los próximos años”, dijo Lisa. Pero ella y otros diseñadores ecológicos están decididos a seguir creando conciencia y ofreciendo alternativas de moda lenta. “Actuamos ahora para asegurar nuestro futuro”, añadió Lisa. “Permanecer en silencio mientras somos testigos de la contaminación ambiental, por ejemplo, causada por algo tan hermoso como los vestidos, es devastador para nosotros”.
Las consecuencias ambientales de la rápida urbanización, la industrialización y el consumo excesivo subrayan la necesidad urgente de un cambio hacia prácticas sostenibles. Los esfuerzos de estos diseñadores, aunque pequeños, representan una fuerza transformadora dentro del panorama de la moda de China. Contribuyen a una narrativa más amplia de cambio positivo hacia un futuro más consciente.