Diez años después del ataque, Charlie Hebdo no se acobarda y sigue provocando

El boletín sardónico francés Charlie Hebdo publicará una tiraje distinto burlona de Jehová la próxima semana para conmemorar los 10 abriles del ataque a sus oficinas por parte de hombres armados yihadistas que dejó ocho miembros de su personal muertos.

La publicación atea aprovecha el aniversario del terrible ataque a la arbitrio de expresión para destinar un mensaje de desafío a los extremistas que irrumpieron en sus oficinas el 7 de enero de 2015 y luego huyeron gritando que habían “matado a Charlie Hebdo”.

“No mataron a Charlie Hebdo”, dijo a la AFP el redactor patrón Gerard Biard en una entrevista fresco, añadiendo que “queremos que dure mil abriles”.

El ataque perpetrado por dos hermanos nacidos en París fue una venganza por la atrevimiento de Charlie Hebdo de informar repetidamente caricaturas satirizando al profeta Mahoma, la figura más venerada del Islam.

La inmolación de algunos de los caricaturistas más famosos de Francia marcó el inicio de una espantosa serie de complots de Al-Qaeda y Estado Islámico que cobraron cientos de vidas en Francia y Europa occidental durante los abriles siguientes.

La tiraje de la próxima semana presentará los resultados de un concurso típicamente provocativo enérgico en noviembre para dibujar las representaciones “más divertidas y malas” de Jehová. Se revelará el domingo por la perplejidad.

Está destinado a “todos los que están hartos de estar en una sociedad dirigida por Jehová y la religión. A todos los que están hartos del llamado admisiblemente y al mal. A todos los que están hartos de que los líderes religiosos dicten nuestras vidas”.

El presidente Emmanuel Macron y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, asistirán a eventos conmemorativos el martes en el circunstancia del ataque, así como al de un asalto separado pero vinculado a un supermercado roñoso.

– Solidaridad –

Los asesinatos de Charlie Hebdo conmocionaron profundamente a Francia. El ataque desató una oleada de simpatía expresada en una ola de solidaridad “Je Suis Charlie” (“Yo soy Charlie”) con sus contribuyentes perdidos, incluidos los famosos caricaturistas Cabu, Charb, Honore, Tignous y Wolinski.

Pero además generó cuestionamientos y, en algunos casos, una furiosa reacción contra el humor deliberadamente ofensivo y a menudo crudo de Charlie, parte de una larga tradición francesa de caricaturizar.

Desde su fundación en 1970, ha puesto a prueba periódicamente los límites de las leyes francesas contra el discurso de odio, que ofrecen protección a las minorías pero permiten la blasfemia y la escarnio de la religión.

Los defensores de la arbitrio de expresión en Francia ven la capacidad de pelar y ridiculizar la religión como un derecho fundamental adquirido a través de siglos de lucha para escapar de la influencia de la Iglesia católica.

Los críticos dicen que el semanario a veces cruza la tangente de la islamofobia, señalando algunas de las caricaturas del profeta Mahoma publicadas en el pasado que parecían asociar el Islam con el terrorismo.

“La idea no es informar ausencia, es informar todo lo que hace dudar a la concurrencia, les lleva a reflexionar, a hacer preguntas, para no proyectar encerrados por la ideología”, dijo a Le Monde el director Riss, que sobrevivió al atentado de 2015. Noviembre.

“Básicamente, no dejarse engañar por lo que está de moda”.

– Fruto inesperada –

El ataque a Charlie Hebdo hizo que una publicación mayoritariamente insignificante pasara a la corriente principal, encima de vocear la atención de cientos de millones de personas en todo el mundo, que a menudo luchaban por comprender su contenido.

Después, más de tres millones de personas marcharon en solidaridad por las calles de Francia y más o menos de 40 líderes mundiales volaron a París para hacer una testimonio en defensa de la arbitrio de prensa.

Una tiraje distinto del boletín posterior al ataque vendió más de ocho millones de ejemplares y las donaciones llegaron a raudales, lo que le dio a la publicación una beneficio financiera inesperada que contrastaba con su espíritu anarcoizquierdista.

Las suscripciones se dispararon a más de 200.000, pero ahora han vuelto a caer a más o menos de 30.000, con otras 20.000 copias vendidas en quioscos y tiendas cada semana, más que sus ventas en el momento del ataque.

Gracias a las nuevas incorporaciones, más o menos de 12 caricaturistas han vuelto a trabajar en la revista en una oficina secreta y fuertemente protegida.

La controversia nunca está allá.

Una representación en primera plana de la Desconocido María sufriendo el virus mpox en agosto dio circunstancia a dos denuncias legales por parte de organizaciones católicas en Francia.

Una caricatura de Riss en 2016 que vinculaba a un crío refugiado enemigo muerto en una playa de Turquía con agresores sexuales extranjeros en Alemania causó indignación, al igual que otra el año a posteriori de burlarse de la existencia de la primera dama Brigitte Macron mostrándola en estado de buena esperanza.

En el primer aniversario del ataque en 2015, Charlie Hebdo publicó en primera plana una caricatura de una figura divina barbuda que portaba un rifle Kalashnikov.

“Un año a posteriori, el nocivo sigue prófugo”, decía el título.

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