MADRID (Reuters) – Científicos españoles dijeron que revelarán el sábado detalles de la ciudadanía del explorador Cristóbal Colón del siglo XV, a posteriori de utilizar prospección de ADN para invadir un enigma de siglos de caducidad.
Los países han discutido sobre los orígenes y el espacio de refrigerio final de la figura divisiva que dirigió las expediciones financiadas por España desde la división de 1490 en delante, abriendo el camino para la conquista europea de América.
Muchos historiadores han cuestionado la teoría tradicional de que Colón procedía de Génova, Italia. Otras teorías van desde que fuera hebreo gachupin o difícil, hasta vasco o portugués.
Investigadores dirigidos por el versado forense Miguel Lorente han estado analizando pequeñas muestras de restos enterrados en la Catedral de Sevilla, considerada durante mucho tiempo por las autoridades allí como el final espacio de refrigerio de Colón, aunque ha habido afirmaciones rivales.
Los compararon con los de familiares y descendientes conocidos y sus hallazgos se anunciarán en un documental titulado “ADN Colón: El seguro origen” en la dependencia doméstico española TVE el sábado.
Lorente, al informar a los periodistas sobre la investigación el jueves, no reveló las conclusiones, pero dijo que habían confirmado teorías anteriores de que los restos en Sevilla pertenecían a Colón.
“Hoy se ha podido comprobar con nuevas tecnologías, por lo que se ha confirmado definitivamente la teoría parcial citado de que los restos de Sevilla pertenecen a Cristóbal Colón”, afirmó.
La investigación sobre la ciudadanía se había trillado complicada por una serie de factores, entre ellos la gran cantidad de datos. Pero “el resultado es casi absolutamente confiable”, afirmó Lorente.
Colón murió en Valladolid, España, en 1506, pero deseaba ser enterrado en la isla Hispaniola que hoy comparten la República Dominicana y Haití. Sus restos fueron llevados allí en 1542, luego trasladados a Cuba en 1795 y luego, como se pensaba durante mucho tiempo en España, a Sevilla en 1898.
En 1877, los trabajadores encontraron un caja de plomo enterrado detrás del altar de la catedral de Santo Domingo, la suceder de la República Dominicana, que contenía una colección de fragmentos de huesos que, según el país, pertenecen a Colón.
Lorente dijo que ambas afirmaciones podrían ser ciertas ya que uno y otro conjuntos de huesos estaban incompletos.
(Reporte de Emma Pinedo, editado por Andrei Khalip y Andrew Heavens)