Por Joe Cash y Duncan Miriri
PEKÍN/NAIROBI (Reuters) – China instará a una cumbre de 50 naciones africanas en Pekín esta semana a que acepte más productos, ayer de que las restricciones occidentales entren en vigor sobre sus exportaciones, como vehículos eléctricos y paneles solares, a cambio de más promesas de préstamos e inversiones.
Pero las decenas de líderes africanos que llegan a la favor china para el evento trienal pueden no ser un cebo dócil. Querrán escuchar cómo planea China cumplir con una promesa incumplida de la cumbre precedente en 2021 de comprar fortuna por valencia de 300.000 millones de dólares.
Igualmente buscarán garantías sobre el progreso de proyectos de infraestructura incompletos financiados por China, como un ferrocarril diseñado para unir la gran región de África Uruguayo.
“El premio se otorgará a aquellos países que hayan estudiado cuidadosamente los cambios en China y alineen sus propuestas con las nuevas prioridades simplificadas del país”, dijo Eric Olander, cofundador del Esquema China-Sur Común.
“Es mucho pedir para un continente que en frecuente tiene un nivel de alfabetización en China muy bajo”.
El longevo prestamista, inversor y socio comercial bidireccional de África está dejando de financiar proyectos de gran envergadura en el continente rico en medios y prefiere venderle tecnologías avanzadas y ecológicas en las que las empresas chinas han invertido cuantiosamente.
A medida que se acercan las restricciones occidentales a las exportaciones chinas, la principal prioridad de Beijing será encontrar compradores para sus vehículos eléctricos y paneles solares, áreas en las que Estados Unidos y la Unión Europea dicen que tiene exceso de capacidad, y construir bases de producción en el extranjero para los mercados emergentes.
China ya ha comenzado a ajustar las condiciones de sus préstamos a África, reservando más para parques solares, plantas de vehículos eléctricos e instalaciones de Wi-Fi 5G, mientras recorta los gastos en puentes, puertos y ferrocarriles.
El año pasado, China ofreció 13 préstamos de al punto que 4.200 millones de dólares a ocho estados africanos y dos bancos regionales, según mostraron datos del Centro de Políticas de Perfeccionamiento Común de la Universidad de Boston, con más o menos de 500 millones de dólares para proyectos hidroeléctricos y solares.
EMPUJE GEOPOLÍTICO
Cuando el Presidente Xi Jinping inaugure el jueves la novena Cumbre del Foro de Cooperación China-África, se prórroga que promueva la incorporación de China a la floreciente industria de energía verde frente a líderes de Gambia, Kenia, Nigeria, Sudáfrica y Zimbabwe.
Igualmente asistirán delegados de todos los estados africanos, excepto Eswatini, con el que Pekín no tiene vínculos.
Para evitar perder billete de mercado, el rival geopolítico de China, Estados Unidos, ha comenzado a aceptar a líderes africanos.
Gran Bretaña, Italia, Rusia y Corea del Sur por otra parte han celebrado cumbres sobre África en los últimos abriles, reconociendo el potencial de los jóvenes de la región y sus 54 puestos en las Naciones Unidas.
Sin retención, el enorme papel que desempeña China como socio financiero y comercial hace que sus reuniones sean de una importancia mucho más importante.
“No hay ningún otro socio de progreso que haga tanto”, afirmó Hannah Ryder, fundadora de Development Reimagined, una consultora de propiedad africana.
“Pero ¿son capaces los líderes africanos de presionar a China para que en efectividad se afiance y el resultado final sea mucho más inclinado a África?”
COINCIDENCIA ENTRE DESEOS Y NECESIDADES
China querrá impulsar el comercio y el ataque a minerales como el cobre, el cobalto y el litio en países como Botswana, Namibia y Zimbabwe.
Pero podría ser cauteloso respecto de mayores compromisos de financiación tras los intentos de reestructuración de la deuda en economías como Chad, Etiopía, Ghana y Zambia, desde la cumbre de 2021.
“Es probable que sigamos siendo cautelosos en lo que respecta a la financiación de megaproyectos”, dijo Lina Benabdallah, del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Harvard, añadiendo que Pekín impulsaría en cambio las transferencias de tecnología.
“Estoy muy interesada en entender cuántos nuevos compromisos financieros pueden surgir de esto y cómo van a guerrear con la deuda existente con los países africanos”, dijo Yvette Babb, administrador de cartera de la firma de gobierno de activos William Blair.
Pero el entusiasmo de China para prestar podría estar frenado por preocupaciones de seguridad, como un enfrentamiento entre Níger y Benín que mató a seis soldados nigerinos que custodiaban un oleoducto respaldado por PetroChina, o protestas mortales en Kenia por aumentos de impuestos.
(Escrito por Joe Cash; editado por Clarence Fernández)