Después de todo, puede que no exista una misteriosa fuerza “oscura” que acelere la expansión del Universo. La verdad podría ser mucho más extraña: burbujas de espacio donde el tiempo pasa a ritmos drásticamente diferentes.
El paso del tiempo no es tan constante como sugiere nuestra experiencia. Las áreas de madurado reserva experimentan un ritmo de tiempo más premioso en comparación con áreas donde la reserva es más débil, un hecho que podría tener implicaciones harto importantes sobre cómo comparamos las tasas de expansión cósmica según un maniquí desarrollado recientemente llamado cosmología del paisaje temporal.
Las discrepancias en la prontitud con la que pasa el tiempo en diferentes regiones del Universo podrían sumar miles de millones de abriles, dando a algunos lugares más tiempo para expandirse que a otros. Cuando miramos objetos distantes a través de estas burbujas que deforman el tiempo, podría crear la ilusión de que la expansión del Universo se está acelerando.
Dos nuevos estudios han analizado más de 1.500 supernovas para investigar qué tan probable podría ser el concepto y han descubierto que el maniquí de paisaje temporal podría adaptarse mejor a las observaciones que nuestro mejor maniquí presente.
El maniquí estereotipado La cosmología hace un trabajo harto bueno al explicar el Universo, siempre que modifiquemos un poco los números. No parece suceder suficiente masa para explicar los enseres gravitacionales que observamos, por lo que inventamos un cincelador de posición invisible llamado materia oscura.
Todavía parece suceder una fuerza extraña que contrarresta la reserva, empujando al cosmos a expandirse a un ritmo acelerado. Aún no sabemos qué es, por eso, con el mismo espíritu, la llamamos energía oscura. Todo esto se unión, adyacente con la materia ordinaria, para formar lo que llamamos el maniquí lambda de materia oscura fría (ΛCDM).
El problema es que este maniquí utiliza una ecuación simplificada que supone que todo el Universo es uniforme y se expande a la misma velocidad en todas partes. Pero ahí fuera no hay cero liviana: vemos una colosal red cósmica, atravesada por filamentos de galaxias separadas por vastos vacíos más vacíos de lo que podemos comprender.
La cosmología del paisaje temporal tiene en cuenta esa “grumosidad”. Más materia significa una reserva más válido, lo que significa un tiempo más premioso; de hecho, un cronómetro atómico enclavado en una galaxia podría funcionar hasta un tercio más premioso que el mismo cronómetro en medio de un malogrado.
Cuando se extiende eso a lo magnate de la enorme vida útil del Universo, es posible que hayan pasado miles de millones de abriles más en los vacíos que en las áreas densas en materia. Una implicación asombroso de esto es que ya no tiene sentido afirmar que el Universo tiene una única tiempo unificada de 13.800 millones de abriles. En cambio, diferentes regiones tendrían edades diferentes.
Y como ha pasado mucho más tiempo en los vacíos, allí ha tenido ocasión una madurado expansión cosmológica. Por lo tanto, si miras un objeto al otro lado de un malogrado, parecería que se aleja de ti mucho más rápido que poco que se encuentre en este lado del malogrado. Con el tiempo, estos vacíos ocupan una proporción madurado del Universo, creando la ilusión de una expansión acelerada, sin carencia de conjurar ninguna energía oscura.
En 2017, astrónomos de la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda probaron la cosmología del paisaje temporal comparándola con las observaciones y descubrieron que se ajustaba sutilmente mejor que el ΛCDM para explicar la expansión cósmica. Se necesitaban más datos.
Entonces, para los nuevos estudios, un equipo de astronomía de la Universidad de Canterbury y la Universidad alemana de Heidelberg ha recopilado y analizado esos datos adicionales en forma de un catálogo de 1.535 supernovas de Tipo Ia. Estas explosiones brillan con un brillo predecible en todo momento, por lo que los cambios en su luz pueden revelar de modo confiable la distancia, la velocidad y la dirección del movimiento. Como tal, a menudo se les fogata “velas estereotipado”.
Esta vez, los astrónomos dicen que han antagonista “evidencias muy sólidas a auxilio del paisaje temporal sobre el ΛCDM”. Esto sugiere una posible carencia de repensar los fundamentos de la cosmología.
“La energía oscura es una identificación errónea de las variaciones en la energía cinética de expansión, que no es uniforme en un Universo tan desigual como en el que positivamente vivimos”, dice David Wiltshire, físico de la Universidad de Canterbury.
“La investigación proporciona evidencia convincente que puede resolver algunas de las preguntas secreto en torno a las peculiaridades de nuestro cosmos en expansión. Con nuevos datos, el madurado ocultación del Universo podría resolverse a finales de la división”.
Entreambos estudios fueron publicados en la revista Avisos mensuales de la Royal Astronomical Society.