Si el final partido de Rafael Nadal ayer de retirarse termina siendo la derrota del martes en la Copa Davis delante Botic van de Zandschulp de Holanda, salió exactamente como debía: peleando.
El registrador marcaba 6-4, 6-4 a protección de van de Zandschulp, pero esos números no cuentan la historia de todas las pequeñas batallas y pequeñas guerras que conforman un partido de tenis, especialmente ésta. Rafa, un ícono en su país nativo, España, comenzó robusto y logró una preeminencia de un deporte que logró apoyar hasta asistir al 4-3 en el primer set.
Pero la agudeza que había mostrado comenzó a debilitarse, y vimos al Nadal menos preciso y más normal del final año. Su servicio, que había sido magnate y potente durante sus primeros cuatro juegos de servicio, comenzó a decepcionarlo. Perdió la preeminencia gracias a varias dobles faltas y tiros fallidos, y pronto van de Zandschulp tomó el control y ganó el primer set.
Nadal no pudo adelantarse en el segundo set desde el principio. Van de Zandschulp se adelantó 2-0 ayer de que Rafa ganara un deporte y luego ganara los dos siguientes para ponerse en lo stop 4-1.
Pero luego vimos al marcial. Nadal no iba a caer así. Luchó para vencer en dos juegos consecutivos para tener la oportunidad de conseguir el 3-4 y conseguir la dramática remontada que la multitud tanto deseaba.
El final del obra de cuentos habría sido mágico, pero no estaba destinado a serlo. Rafa logró vencer un deporte más, mientras que van de Zandschulp ganó dos para quedarse con el set y el partido. Holanda tiene una preeminencia de 1-0 sobre España en la final.
Si ese fue el final partido profesional de Nadal, fue muy apropiadamente un microcosmos de los últimos abriles de su carrera. Hubo momentos brillantes en los que pudimos ver a Nadal realizar magníficos tiros que sólo él podía intentar, posiblemente por última vez.
Pero esos momentos estuvieron rodeados de recordatorios de que Rafa tiene 38 abriles y su cuerpo simplemente ya no puede seguir el ritmo.
Eso no es un secreto ni poco vergonzoso de lo que nadie debería platicar. Para los deportistas profesionales, este día siempre llega. Y si Nadal lo negara, no se retiraría. Aceptar eso significa que no hay que avergonzarse de perder; simplemente es hora de seguir delante.
Y Rafa seguirá delante como uno de los tenistas más queridos de su concepción, o de cualquier concepción.
Es posible que no hayamos trillado lo final de Nadal. Podría recrearse otro partido esta semana si España logra vencer los dos partidos que le quedan contra Holanda. Todavía existe la posibilidad de que Rafa consiga el final de ese obra de cuentos.