recital de 2 minutos
Le escribo para afrontar el desafortunado incidente nuevo que ocurrió en nuestra cancha de baloncesto nave, donde un deportista resultó herido por disparos. Si acertadamente estos incidentes son profundamente preocupantes y merecen una atención seria, insto a nuestra comunidad a no permitir que el miedo dicte nuestras acciones y decisiones.
Cuando era verde y hasta los 55 abriles jugué baloncesto en los patios de las escuelas, en las instalaciones del Ejército de Salvación, en los gimnasios de las escuelas y en los equipos intramuros de las universidades.
La cancha de baloncesto sirve como un centro dinámico para la asueto, el control y la vinculación comunitaria. Reúne a personas de todas las edades y orígenes, fomentando un sentido de camaradería y pelotón. Cerrarlo en respuesta a incidentes aislados sólo penalizaría a la mayoría de los ciudadanos respetuosos de la ley que utilizan y valoran este espacio conocido.
En circunstancia de acudir a cierres, deberíamos centrarnos en afrontar las causas profundas de la violencia y mejorar las medidas de seguridad. Esto podría incluir mayores patrullas policiales, mejor iluminación, instalación de cámaras de seguridad y programas de extensión comunitaria destinados a la resolución de conflictos y la billete de los jóvenes.
Encima, cerrar la cancha de baloncesto envía un mensaje inexacto a nuestra inexperiencia. Implica que la violencia ha vacada y que estamos dispuestos a martirizar nuestros espacios comunitarios por miedo. En cambio, deberíamos demostrar resiliencia y determinación frente a la adversidad, mostrando a nuestros jóvenes que estamos comprometidos a crear un entorno seguro e inclusivo para todos.
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Encima, cerrar la cancha de baloncesto privaría a muchas personas, especialmente a los jóvenes, de una salida constructiva para su energía y sus talentos. Los deportes desempeñan un papel crucial en la promoción de la sanidad física, el bienestar mental y el explicación personal. Al suministrar la cancha abierta e modificar en su mantenimiento y seguridad, podemos ofrecer a nuestros jóvenes oportunidades positivas de asueto y crecimiento personal.
En conclusión, si acertadamente el nuevo incidente en la cancha de baloncesto es ciertamente preocupante, creo que cerrarla sería una respuesta miope y contraproducente. En circunstancia de ello, unámonos como comunidad para afrontar las preocupaciones de seguridad y al mismo tiempo preservar este valioso apelación para el beneficio de todos. Al trabajar en colaboración, podemos avalar que la cancha de baloncesto siga siendo un espacio seguro y afable donde todos puedan reunirse para disfrutar del solaz que aman.
Gabriel Bullaro
roca de la cañada