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La Semana de la Rivalidad significa más este año que nunca antes

Es mejor permanecer las disputas familiares a puerta cerrada. Cuando las familias pelean en manifiesto, todos los demás tienden a darle la espalda a medida que se revelan secretos incómodos y profundamente personales. Es aseverar, a menos que estés hablando del reality show de la temporada de fútbol universitario de 2024… donde todos tienen una inversión sustancial en cómo van las disputas familiares de los demás.

Es la Semana de la Rivalidad en el fútbol universitario, tradicionalmente un momento en el que los programas, al igual que los miembros de una comunidad, se reúnen con sus enemigos más antiguos. Y al igual que una cena de Entusiasmo de Gracias en la que te interrogan sobre por qué no tienes tanto éxito como tu primo, la Semana de la Rivalidad ha tenido intensas implicaciones locales.

La mayoría de los primaveras fuera de Georgia, no es particularmente significativo quién apetencia Georgia-Georgia Tech; Fuera de Tennessee, el puntaje Tennessee-Vanderbilt se arrastra por la parte inferior de la pantalla y cero más.

La mayoría de los primaveras.

Una de las muchas felices consecuencias no deseadas de la ampliación de los playoffs de fútbol universitario es la nueva importancia de las rivalidades fuera de sus fronteras estatales. En el pasado, una derrota en un recreo de rivalidad podía eliminar a una escuela de la contienda por el campeonato. Ahora, una derrota en un recreo de rivalidad puede iniciar una cascada que caleta lugares para los playoffs, plazas para juegos de campeonato e incluso pases libres para la primera ronda.

Consideremos cuánto podría cambiar el panorama de la CFP en función de quién gane la pelea deudo este fin de semana:

El Palmetto Bowl (Clemson contra Carolina del Sur): Una vencimiento aquí mantiene a Clemson en la búsqueda de un campeonato de la ACC y un lado en los playoffs. Una vencimiento para Carolina del Sur legitimaría la temporada de los Gamecocks, daría esperanza para el futuro… y provocaría cierto rectificación de que el recreo de LSU se les haya escapado. Encima, eliminaría un obstáculo para que Alabama u Ole Miss regresaran a la CFP.

Tennessee contra Vanderbilt: El partido Tennessee-Vanderbilt, que en el mejor de los casos era irrelevante antaño de este año, ahora tiene un peso sustancial. Vanderbilt ha demostrado que tiene la capacidad de eliminar a los equipos de la SEC de primer nivel, y Tennessee no puede permitirse otra derrota para permanecer cómodamente en la CFP.

Notre Dame contra USC: Por fin, el trofeo Jeweled Shillelagh vuelve a ser tan importante como creen sus participantes. Lo que está en recreo aquí: el lado de Notre Dame en el campo de la CFP. La solidez del calendario de los irlandeses ya es sospechosa, y esa derrota a principios de temporada frente a el finalidad de Illinois acecha esperando arruinar la temporada de Notre Dame. Una derrota frente a USC por 6-5 erradicaría las posibilidades de Notre Dame de demorar a los playoffs. Sin presión, irlandés.

Indiana contra Purdue: Otro de los partidos más importantes del fin de semana, sin lado a dudas. Ohio State le quitó brillo a la inmaculada temporada de Indiana la semana pasada; Purdue podría tirarlo por completo a la zanja. Georgia, Tennessee u Ohio State con dos derrotas podrían demorar a los playoffs; un Indiana con dos derrotas probablemente no lo haría. Y al igual que con Clemson, Notre Dame y Tennessee mencionados anteriormente, una derrota de Indiana generaría esperanzas en muchos otros programas.

Odio libre y pasado de moda (Georgia vs. Georgia Tech): Georgia ya se ha asegurado un lado en el campeonato de la SEC, lo que significa que su camino alrededor de la CFP está despejado. Pero una derrota frente a los Yellow Jackets haría imperativa la tarea de Georgia en el campeonato de la SEC: percibir o no.

Duelo en el Desierto (Estado de Arizona vs. Arizona): Lo que está en recreo para Arizona State es claro: gane y los Sun Devils estarán en el campeonato Big 12 y jugarán por un lado en la CFP. (Hay , pero es un camino severo). Una derrota, y de repente BYU, Iowa State y Colorado tienen nuevas esperanzas de playoffs.

hgm">AUBURN, AL - 25 DE NOVIEMBRE: Los fanáticos de los Auburn Tigers celebran en Toomer's Corner después de la victoria del Iron Bowl sobre Alabama Crimson Tide en el Jordan Hare Stadium el 25 de noviembre de 2017 en Auburn, Alabama. (Foto de Kevin C. Cox/Getty Images)sej"/>AUBURN, AL - 25 DE NOVIEMBRE: Los fanáticos de los Auburn Tigers celebran en Toomer's Corner después de la victoria del Iron Bowl sobre Alabama Crimson Tide en el Jordan Hare Stadium el 25 de noviembre de 2017 en Auburn, Alabama. (Foto de Kevin C. Cox/Getty Images)sej" class="caas-img"/>

El incentivo adicional para los fanáticos de Auburn este fin de semana será tratar de permanecer a Alabama fuera del College Football Playoff, lo que sin duda provocaría una celebración del papel higiénico en Toomer’s Corner. (Foto de Kevin C. Cox/Getty Images)

El Iron Bowl (Auburn contra Alabama): Cualesquiera que sean las débiles esperanzas que Alabama todavía tiene para que el campo de la CFP descanse en este recreo. Alabama debe percibir, y preferiblemente percibir en holgado, para permanecer vivas sus vacilantes posibilidades. Menos mal que nunca ha pasado cero raro en un Iron Bowl.

El recreo (Estado de Ohio vs. Michigan): En sinceridad, esto es más una cuestión de seguridad sindical para Ryan Day que de posicionamiento en los playoffs, ya que Ohio State podría darse el fastuosidad de perder este y aún así demorar al campo de la CFP. Pero Day tiene marca de 1-3 de todos los tiempos contra Michigan, incluidas tres derrotas consecutivas, y si su acorazado Buckeye no puede derrotar a un Michigan cojo este año, los murmullos se harán más fuertes.

The Egg Bowl + Estado de Florida vs. Florida: Mississippi State, Ole Miss, Florida State y Florida quedaron fuera de competencia este año, ya sea el fin de semana pasado (Ole Miss) o antaño de septiembre (Florida State). Pero estas dos rivalidades deberían tener impactos significativos en dos conferencias separadas pronto, si estos equipos pueden retornar a funcionar. El tipo de caos que se desprende de estos juegos (recuerde) merece implicaciones en los playoffs nacionales.

Vale la pena señalar: los juegos de rivalidad tienen más significado porque, apartado de los descansos de la primera ronda, no hay espacios prescritos reservados para las conferencias. La SEC podría terminar con tan solo dos puestos este año… y no tendríamos ese tipo de drama si a la confederación se le regalaran cuatro puestos. Es una razón más por la que las predicciones de pretemporada y los golpes de pecho en la conferencia están proporcionadamente, pero los resultados en el campo son primordiales… y el drama que crean debe preservarse.

Todo esto en conjunto significa que la Semana de la Rivalidad significa más este año, en conjunto, que nunca antaño. Entonces sí, ahora todos estamos prestando atención a sus disputas familiares. Actúa en consecuencia… y no pierdas.

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