Esta publicación es la sexta parte de una serie en la que recopilo ideas de expertos en liderazgo, diversidad y bienestar.
Fuente: Gary Brecka, usado con autorización.
Los desafíos de salud mental van en aumento, influenciados por nuestros estilos de vida modernos, la tecnología y los cambios ambientales. Para obtener una comprensión más profunda, recientemente entrevisté a Gary Brecka, una figura destacada en el ámbito del biohacking y la optimización de la salud. Ofrece conocimientos únicos sobre cómo mejorar la salud mental mediante cambios de estilo de vida simples pero efectivos.
La crisis moderna de salud mental
Según los expertos, uno de los desafíos que contribuyen a la crisis de salud mental moderna es la “adicción” social a la gratificación instantánea y la tecnología. Esto acelera la exposición a conceptos adultos entre los jóvenes, complicando la formación de su identidad. Las investigaciones indican que el uso excesivo de las redes sociales impulsado por plataformas como Instagram y TikTok contribuye a mayores niveles de ansiedad y depresión, particularmente entre los grupos demográficos más jóvenes (Khalaf, et al., 2023). Brecka enfatiza que estas tendencias reflejan un cambio social más amplio hacia la gratificación instantánea, socavando el bienestar mental al promover una comprensión superficial de las relaciones y la autoestima.
Por lo tanto, proporciona mecanismos clave para hacer frente a los desafíos contemporáneos de salud mental, incluida la priorización del bienestar físico, el fomento de conexiones comunitarias, la exploración de técnicas de biohacking, el mantenimiento de una dieta equilibrada y la garantía de un sueño adecuado. Al incorporar estas prácticas en la vida diaria, las personas pueden mejorar significativamente su bienestar y cultivar un estilo de vida equilibrado y satisfactorio.
El papel del movimiento y la salud física
Uno de los aspectos que más se pasa por alto en la medicina moderna, según Brecka, es la importancia del movimiento. Las investigaciones muestran consistentemente que la actividad física regular puede mejorar significativamente el estado de ánimo, reducir la ansiedad y mejorar la salud mental en general. Los expertos indican que el ejercicio estimula la producción de endorfinas, neurotransmisores que promueven sentimientos de felicidad y bienestar, al mismo tiempo que reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés (Basso & Suzuki, 2017). Brecka subraya que “el movimiento es uno de los aspectos que más se pasa por alto en la medicina moderna”. Las investigaciones respaldan esto y muestran que incluso el ejercicio moderado, como caminar a paso ligero o andar en bicicleta, puede mejorar significativamente la función cognitiva y aliviar los síntomas de la depresión.
El poder de la comunidad y el propósito
Encontrar un propósito y una comunidad también es importante para mejorar la salud mental. Las investigaciones muestran que un fuerte sentido de comunidad y propósito mejora significativamente el bienestar. Por el contrario, el aislamiento social puede contribuir al deterioro de la salud mental, lo que destaca la importancia de las conexiones y las actividades significativas (Michalski, 2020). Brecka destaca que participar en actividades como el voluntariado o la realización de pasatiempos puede afectar profundamente el bienestar mental. Enfatiza los efectos transformadores de encontrar un propósito en la vida diaria, lo que ayuda a las personas a mantener la resiliencia mental y el bienestar general.
Intervenciones naturales y biohacking
También es importante explorar las intervenciones naturales y las técnicas de biohacking. El biohacking implica realizar pequeños cambios incrementales en la dieta, el estilo de vida y el medio ambiente para mejorar el bienestar general. Brecka defiende estos métodos y enfatiza la importancia de la luz solar, la conexión a tierra (caminar descalzo sobre superficies naturales) y la respiración. “Exponga su piel a la luz solar. Haga un poco de respiración. Lleve aire a sus pulmones”, aconseja. Estas prácticas simples pueden afectar significativamente el estado de ánimo y la claridad mental. Los expertos también recomiendan alternar el agua fría y caliente en la ducha como método para estimular el cuerpo y la mente. Se sabe que estas prácticas mejoran la circulación, estimulan el sistema inmunológico y mejoran la resiliencia mental.
La conexión intestino-cerebro
Las investigaciones emergentes destacan el vínculo fundamental entre la salud intestinal y la salud mental. La literatura señala que el 90 por ciento de la serotonina, un neurotransmisor clave que regula el estado de ánimo, se produce en el intestino. Los desequilibrios en las bacterias intestinales, debido a una mala alimentación o al estrés, pueden contribuir a la ansiedad y la depresión. Un microbioma intestinal sano, respaldado por una dieta equilibrada y probióticos, tiene un impacto significativo en el bienestar mental. La incorporación de alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y cereales integrales, así como productos fermentados como yogur, kéfir y chucrut, al tiempo que reduce los azúcares procesados, puede ayudar a mantener un intestino sano y, por tanto, favorecer el bienestar general.
Tecnología y salud mental
Si bien la tecnología ha traído muchos avances, también contribuye a los desafíos de salud mental. Brecka analiza cómo los constantes “golpes de dopamina” de las notificaciones y las redes sociales pueden provocar conductas adictivas. “La gente es adicta al comportamiento de búsqueda de dopamina”, señala. Para combatir esto, sugiere realizar actividades al aire libre, conectarse a tierra y limitar el tiempo frente a la pantalla para reducir la dependencia de la tecnología para obtener dopamina.
Sueño y salud mental
Un sueño de calidad es esencial y, en última instancia, influye en la función cognitiva y la regulación emocional. Las investigaciones vinculan consistentemente el sueño inadecuado con mayores riesgos de sufrir trastornos del estado de ánimo y el empeoramiento de las condiciones de salud mental existentes. Es fundamental establecer buenas prácticas de higiene del sueño, como mantener un horario de sueño regular y un entorno propicio para dormir. Dato curioso: alrededor del 35 por ciento de los adultos en los Estados Unidos duermen menos de las siete horas recomendadas por noche (CDC, 2020), lo que se asocia con mayores riesgos de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y problemas de salud mental. Los expertos nos aconsejan despertarnos cada mañana lo más cerca posible del amanecer, salir al aire libre y exponer nuestra piel a la luz solar. Esta práctica puede mejorar los ritmos circadianos, mejorar la calidad del sueño y aumentar el bienestar mental general.
Línea de fondo
Adoptar un enfoque holístico de la salud mental que incorpore actividad física, participación comunitaria, intervenciones naturales y prácticas de salud habituales, como lo recomiendan expertos como Brecka, puede mejorar profundamente el bienestar y promover una vida equilibrada y plena. Estas estrategias, respaldadas por investigaciones, brindan pasos prácticos para afrontar los desafíos contemporáneos y fomentar una resiliencia mental duradera.
© 2024 Ryan C. Warner, Ph.D.
Referencias
Basso, JC y Suzuki, WA (2017). Los efectos del ejercicio agudo sobre el estado de ánimo, la cognición, la neurofisiología y las vías neuroquímicas: una revisión. Plasticidad cerebral, 2(2), 127-152.
Khalaf, AM, Alubied, AA, Khalaf, AM, Rifaey, AA, Alubied, A., Khalaf, AM y Rifaey, A. (2023). El impacto de las redes sociales en la salud mental de adolescentes y adultos jóvenes: una revisión sistemática. Cureus, 15(8).
Michalski, CA, Diemert, LM, Helliwell, JF, Goel, V. y Rosella, LC (2020). Relación entre el sentido de pertenencia a la comunidad y la salud autovalorada en todas las etapas de la vida. SSM-Salud de la Población, 12, 100676.