Dos personas diagnosticadas con Alzheimer afirman haber vencido la enfermedad mediante simples cambios en su estilo de vida.
La demencia y el Alzheimer han sido las principales causas de muerte en el Reino Unido durante los últimos diez años, representando el 11,4% de las muertes en 2022. Aunque los nuevos medicamentos pueden reducir la progresión de la enfermedad, está surgiendo más evidencia de que algo tan simple como integrar un estilo de vida saludable puede “ revertir” los síntomas del Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer se puede dividir en dos subgrupos, familiar y esporádica. Sólo el 5% de los pacientes con Alzheimer son familiares, hereditarios, y el 95% de los pacientes con Alzheimer son esporádicos, debido a factores de riesgo ambientales, de estilo de vida y genéticos. En consecuencia, la táctica más eficaz para afrontar el Alzheimer es la prevención y llevar un estilo de vida saludable. Esto ha llevado a los investigadores a estudiar los factores de riesgo asociados con el Alzheimer.
Dos enfermos de Alzheimer, Cici Zerbe y Simon Nicholls, afirman haber vencido esta mortal enfermedad con sencillos cambios en su estilo de vida. La pareja ha detallado su viaje en un documental de CNN, The Last Alzheimer’s Patient.
Zerbe experimentó una reversión de los síntomas después de participar en un ensayo clínico en Estados Unidos. El ensayo explora los efectos de cambios intensivos en el estilo de vida sobre el deterioro cognitivo leve o la demencia temprana debido a la enfermedad de Alzheimer. El estudio aún no ha sido publicado.
Los cambios en el estilo de vida incluyen cambiar a una dieta basada en plantas, ejercicio regular, sesiones de apoyo grupal, yoga y meditación. Zerbe dijo que se siente “mucho mejor” que antes de participar en el ensayo hace cinco años, cuando le diagnosticaron la enfermedad.
Mejoras notables
Simon Nicholls, de 55 años, es otra persona con Alzheimer que aparece en el documental de CNN y que participó en el ensayo. Nicholls porta dos copias de una variante genética llamada ApoE4, que se sabe que aumenta significativamente el riesgo de padecer Alzheimer. Sin embargo, después de adoptar cambios saludables en su estilo de vida, Nicholls vio mejoras notables en sus síntomas.
Aproximadamente el 25 % de la población porta al menos una copia de la variante del gen ApoE4 (llamada “alelo”) y el 5 % porta dos copias. Ser portador de un alelo ApoE4 se asocia con un riesgo tres o cuatro veces mayor de desarrollar Alzheimer. Tener dos copias aumenta el riesgo hasta 12 veces, lo que lo convierte en el mayor factor de riesgo genético para el Alzheimer.
Estas estadísticas amplifican la naturaleza notable y notable del logro de Nicholls al revertir sus síntomas de Alzheimer simplemente a través de sus elecciones de estilo de vida. Sus biomarcadores del Alzheimer desaparecieron en 14 meses, lo que es considerablemente más eficaz que la mayoría de los tratamientos para el Alzheimer.
Nicholls destacó la actividad física y los cambios en la dieta como fundamentales en su viaje. Al principio, le recetaron tirzepatida, un fármaco diseñado para suprimir el apetito regulando los niveles de azúcar en sangre. También incorporó ejercicio regular, incluido entrenamiento de fuerza tres veces por semana, caminar 10.000 pasos diarios y trotar o andar en bicicleta todas las mañanas.
La enfermedad cardiovascular es un factor de riesgo importante y un posible predictor futuro del Alzheimer. La conexión corazón-cerebro es crucial para proporcionar energía y oxígeno a las células cerebrales a través del flujo sanguíneo cerebral. Por tanto, una mala salud del corazón podría aumentar el riesgo de padecer Alzheimer, ya que las células cerebrales reciben menos energía para funcionar. Esto explica por qué la mejora de la salud cardíaca de Nicholls y el aumento de la actividad cardiovascular han mejorado sus síntomas.
También impuso cambios en la dieta (eliminando el azúcar, el alcohol y los alimentos procesados) y adoptó la dieta mediterránea.
La dieta mediterránea es rica en antioxidantes, que protegen las células cerebrales del daño y las investigaciones sugieren que los nutrientes obtenidos de la dieta ayudan a mantener la memoria y las habilidades cognitivas. Un extenso estudio reciente realizado con 60.000 británicos demostró que seguir una dieta mediterránea reduce el riesgo de demencia en un 23%.
Nicholls también ha estado implementando una buena higiene del sueño para intentar mejorar su patrón de sueño irregular, ya que algunos estudios muestran que la falta de sueño está relacionada con el Alzheimer.
La teoría dominante es que durante el sueño las proteínas tóxicas, como el amiloide, pueden eliminarse mediante el sistema glifático. De lo contrario, estos se acumularían y provocarían demencia. Aunque cabe señalar que un estudio reciente en ratones pone en duda esta teoría.
Los científicos del Imperial College de Londres descubrieron que la eliminación de toxinas en realidad se reducía durante el sueño, lo que sugiere que el sueño puede reducir el riesgo de demencia a través de otros mecanismos actualmente desconocidos.
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Estos cambios de estilo de vida tuvieron efectos significativos en la vida de Nicholls. En sólo nueve semanas, perdió casi 10 kg y el 80% de su grasa corporal y redujo sus niveles de azúcar en sangre en ayunas.
Podría decirse que Nicholls y Zerbe “revirtieron” sus síntomas de Alzheimer. Esto se debe a que afecciones como la obesidad, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, el colesterol alto y el insomnio son factores de riesgo de demencia y pueden modificarse mediante un estilo de vida saludable.
Sin embargo, es importante interpretar estos hallazgos con cautela. Estos son sólo los resultados de dos personas en el ensayo. Sin los detalles específicos de los resultados reclamados, es difícil determinar si estas elecciones de estilo de vida realmente han “revertido” la progresión de la enfermedad.
El efecto del estilo de vida sobre la cognición está ganando atención y cada vez más científicos investigan sus beneficios. Combinar la llegada de nuevos fármacos modificadores de la enfermedad con cambios estrictos en el estilo de vida puede reducir significativamente los síntomas y la progresión del Alzheimer.