¿De qué forma se consiguen cinco millones de dólares americanos en la industria cinematográfica? Empiece con $10 millones”. Viejo dicho de Hollywood
La mayoría de las películas pierden dinero. Sí, la mayor parte de las películas pierden dinero. En verdad, el ochenta% lo hace. La razón esencial es simple; Si estuvieses tratando de impresionar a alguien en un coctel, ¿preferirías decir: “Hago películas” o “Hago widgets”? La industria cinematográfica es sensual y bastantes personas que generan películas se dejan llevar por la sensualidad consciente o subconsciente de la industria. Es mucho menos atrayente (y más bastante difícil) repartir películas que generarlas, por lo que la ley de la oferta y demanda una parte de ahí. Por poner un ejemplo, hay un enorme exceso de producción de films (más o menos entre seiscientos y setecientos por año), al tiempo que solo unas doscientos consiguen aun un estreno aceptable, lo que deja algún retorno, y mucho menos una ganancia. El resto persigue el circuito de festivales con vanas esperanzas de riquezas.
El contenido no es el rey. De forma frecuente he escuchado la oración “El contenido es el auténtico rey”. Camelo. Debido a la ley de oferta y demanda citada previamente, la distribución es la reina. Quien controle la distribución tiene considerablemente más repercusión que las legiones de productores dada la multitud o las películas que procuran opciones alternativas de distribución limitadas. A lo largo de la mayoría de mis cuarenta años de práctica, los estudios fueron los gorilas de las ochocientos libras por el hecho de que controlaban la distribución y eran tan pedantes que la mayor parte de sus ofertas eran “lo tomas o lo dejas”. En verdad, una vez el jefe de distribución de una investigación lanzó al aire un contrato que había redactado por el hecho de que tuve la temeridad de meditar que el estudio podría admitir algo justo. Mas, oh, de qué manera han caído los poderosos, ya que los streamers ahora controlan la distribución, y muchos estudios se han transformado en compañías de producción mendigas arrodilladas frente a los streamers. No extraña que se hayan vendido tantos estudios.
Además de contar con la repercusión de la oferta y demanda, los distribuidores pueden asegurar las mayores posibilidades de éxito de sus películas. La peor situación es la de un productor independiente que entrega una película a un tercero a fin de que la distribuya pagando una tarifa. Al contrario, la mejor situación es ser distribuidor de películas extrañas a cambio de una retribución, sin abonar ningún anticipo. Se acostumbra a decir que las compañías cinematográficas ganan dinero con la distribución, no con la producción. Esta es una forma diferente de expresar exactamente el mismo pensamiento: es mejor repartir las propias películas y es mejor aún repartir las películas de otros.
Éxitos de taquilla. La gracia salvadora en la industria cinematográfica es que cuando ocurre un extraño éxito de taquilla, puede compensar las pérdidas de otras muchas películas. La industria cinematográfica es una forma de juego o de explotación petrolera salvaje. El inconveniente es que se requiere mucho capital para hacer suficientes películas para conseguir el éxito de taquilla, y pocas empresas tienen la resistencia financiera para efectuarla. Este factor juega con fuerza en favor de las grandes compañías cinematográficas, ya que tienen los medios de tipo económico para resistir una serie de descalabros.
El apogeo de los streamers ha alterado la activa de las superproducciones, ya que hasta el instante los streamers no han dado ningún backend significativo con independencia de la popularidad de la película. Por tanto, los éxitos de taquilla quedan apartados a las películas que son suficientemente valientes para eludir los streamers para su estreno en cines, y dada la minoración del cincuenta% en la asistencia a las salas en los últimos diez años, ese peligro por norma general lo admiten solo los productores de películas de gran presupuesto, los perros coléricos. y los ingleses. Para las películas vendidas a transmisores, lo máximo que se puede aguardar es una venta por encima del costo de producción debido a las ofertas competitivas en los mercados cinematográficos.
Trascendencia. La economía analizada previamente tiene profundas implicaciones para la industria cinematográfica, incluyendo las siguientes:
Proyecciones. Precisa estar al loro al comprobar las proyecciones de ingresos futuros. Aún no he visto proyecciones para una nueva productora independiente que no mostrara un panorama optimista de ganancias cada vez mayores. Si las proyecciones se fundamentara en promedios históricos, el gráfico con las proyecciones estaría girado noventa grados en el sentido de las agujas de un reloj.
Inversión en una película. Debe tener una alta tolerancia al peligro para invertir capital en una película, o aun en una pequeña serie de películas, singularmente cuando la compañía cinematográfica no controla la distribución.
Planificación Fiscal. Debería tener precaución de no gastar bastante tiempo y dinero en establecer un complejo plan fiscal internacional para resguardar todos esos navíos llenos de dinero en efectivo que van a llegar. Sería más prudente gastar tiempo y dinero en establecer una estructura que deje la dueños a inferir las pérdidas fiscales que seguramente van a ocurrir.
Distribución de bloqueo. Tenga cuidado al empezar la producción de una película sin bloquear la distribución de antemano. Debido al enorme exceso de oferta de producciones cinematográficas, muchas películas (aun las de gran presupuesto) que se hacen conforme especificaciones con frecuencia no pueden conseguir ninguna distribución o la consiguen solo en términos patéticos.
Dinero nuevo. Puesto que la mayor parte de las películas pierden dinero, la industria cinematográfica tiene un voraz apetito por dinero. A lo largo de mi carrera, he visto por lo menos 15 oleadas de financiación de diferentes fuentes estrellarse en los bajíos de Hollywood, solo para recular y ser sustituidas por la próxima avalancha de otra fuente. Alén de la muerte y los impuestos, la única certidumbre en la vida es que siempre y en toda circunstancia va a haber nuevas oleadas de dinero persiguiendo los sueños de Hollywood, por lo que merece la pena bogar en la tabla de surf “afuera” en pos de la próxima ola para surfear.