El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, conjuntado con el control republicano del Senado, y tal vez de la Cámara de Representantes, pondrá a los impuestos en un sitio señalado en el éxito político. Trump conseguirá una gran parte de lo que prometió a lo largo de la campaña. Mas probablemente ciertos elementos de su agenda se desvíen, ya sea pues no los persigue con seriedad o debido a la resistencia (aun de los republicanos) en el Capitolio.
Es prácticamente seguro que las disposiciones vencidas de la Ley de Trabajos y Reducción de Impuestos (TCJA) de dos mil diecisiete se extenderán, en buena medida íntegras, si bien no sin una batalla prolongada sobre detalles clave. Trump decretará nuevos aranceles substanciales, si bien al comienzo pueden ser más modestos de lo que sugirió a lo largo de la campaña.
El presupuesto del IRS encarará nuevos y duros vientos en contra.
Es probable que muchas de las promesas de reducción de impuestos de campaña de Trump queden en la sala de edición. No obstante, es prácticamente seguro que la deuda federal se va a disparar.
Mientras aguardamos una resolución de la batalla por el control de la Cámara, hete aquí un pronóstico para la política fiscal en dos mil veinticinco.
La TCJA: Las disposiciones individuales de la TCJA que expiran se extenderán en algún instante de dos mil veinticinco. Si los demócratas controlan la Cámara, lucharán por financiar los recortes de impuestos y ampliar el Crédito Tributario por Hijos (CTC). Mas aun con el control republicano total del Congreso, el discute de la TCJA seguramente va a ser largo y duro, y proseguirá hasta finales del próximo año.
Los legisladores republicanos van a pelear por la deducción del impuesto estatal y local (SALT) y la tasa del impuesto corporativo. Mas asimismo van a tener contrariedades para abonar por lo menos una parte del costo de más de cuatro billones de dólares estadounidenses que supone la prórroga de las disposiciones vencidas de la TCJA.
Otros recortes de impuestos. A lo largo de la campaña, Trump prometió una larga lista de recortes de impuestos muy concretos, incluyendo un recorte de la tasa corporativa al veinte por ciento y, para ciertas empresas, al quince por ciento. Para los hogares, planteó, entre otras muchas ideas, exonerar de impuestos las propinas, las horas extras y las ventajas del Seguro Social; un crédito fiscal para cuidadores familiares; y una deducción fiscal para préstamos para la adquisición de automóviles de fabricación nacional. Queda por ver cuál de estos perseguirá verdaderamente.
El crédito fiscal por hijos. Es un tema que podría producir un acuerdo bipartidista, si Trump desea procurarlo. Su compañero de fórmula, el miembro del Senado JD Vance, aumentaría substancialmente el crédito, mas Trump jamás apoyó la idea. Y el otro líder republicano que se encarga del tema, el miembro del Senado Mitt Romney (R-UT), se retira.
un durmiente: Aunque Trump no lo discutió en la campaña, los republicanos de Hill pueden procurar derogar el Impuesto sobre la Renta Neta de Inversiones del tres con ocho% sobre las ganancias de capital y ciertas otras formas de ingresos que se incluyó en la Ley de Atención Médica Accesible.
Y hablando de la ACA, ¿qué va a pasar con los créditos fiscales auxiliares para las primas de la ACA que asimismo vencerán en dos mil veinticinco? El destino de estas disposiciones fiscales va a estar ligado a lo que Trump decida hacer con las disposiciones de seguros de la propia ACA. A lo largo de la campaña, afirmó que tenía un “concepto” para sustituir las leyes, mas jamás lo describió.
Tarifas: Los nuevos aranceles esenciales fueron una pieza central de la campaña de Trump. Y, en contraste al resto de su agenda, Trump puede incorporarlas sin la aprobación del Congreso. Mas Trump puede percibir un esencial rechazo aun de los republicanos por un violento impuesto a las importaciones.
Los fabricantes con cadenas de suministro mundiales demandarán ayuda de legisladores amigos, al paso que los legisladores de los estados agrícolas pueden preocuparse por los aranceles de represalia sobre los productos agrícolas estadounidenses, lo que ocurrió una vez que Trump impusiese aranceles más limitados en su primer orden.
Créditos fiscales para la energía verde: Trump planteó derogar completamente los créditos para la adquisición de automóviles eléctricos y otros muchos productos, que colectarían cerca de setecientos mil millones de dólares estadounidenses en diez años. Mas muchos de los créditos individuales cuentan con un fuerte apoyo en el Capitolio y quitarlos a todos va a ser una lucha.
Financiamiento y dotación de personal del IRS: Los incrementos presupuestarios que el presidente Biden consiguió imponer en el Congreso van a estar en grave riesgo. Los republicanos presionarán de forma fuerte para reducir esa financiación, en especial para la aplicación de la ley y el programa Direct Archivo de la agencia. Y no es muy probable que los demócratas del Congreso, con tantas otras batallas que librar, resistan con mucha fuerza.
Una cuestión separada mas relacionada: ¿Trump presionará a las personas designadas políticas en el IRS? El IRS, históricamente no partidista, tiene solo dos personas designadas políticamente: el comisionado y su letrado primordial. Mas el Proyecto dos mil veinticinco, el plan para reordenar el gobierno desarrollado por muchos aliados de Trump, si bien Trump lo desautorizó en público, atraería a considerablemente más fieles al IRS, como a otras agencias federales.
Los planes fiscales de Trump son ambiciosos y beligerantes. Ha presentado una agenda extensa y discutida que va mucho alén de los impuestos. Mas la expiración de muchas disposiciones de la TCJA lo forzará a concentrarse en los impuestos a lo largo de su primer año.