PARÍS (Reuters) – Los socialistas y los verdes de Francia no participarán en más conversaciones con el presidente Emmanuel Macron para encontrar una salida al estancamiento político del país, dijeron sus líderes el martes, pidiendo a sus partidarios que en su lugar realicen protestas pacíficas.
Macron cerró la puerta el lunes a un posible gobierno de izquierda, diciendo que sería inmediatamente removido del poder por una mayoría de legisladores de otros partidos, y convocó otra ronda de conversaciones maratónicas con los líderes de los partidos para el martes.
Pero frente a un parlamento sin mayoría absoluta en el que cada uno de los tres grupos casi iguales –la izquierda, el bloque centrista de Macron y la extrema derecha– han descartado formar una coalición, el presidente parecía volver al punto de partida.
“Nos están robando estas elecciones”, dijo la jefa del Partido Verde, Marine Tondelier, a la radio local.
“No vamos a continuar con estas consultas simuladas con un presidente que de todos modos no escucha… y que está obsesionado con mantener el control. No está buscando una solución, está tratando de obstruirla”, dijo Tondelier.
El presidente del partido socialista, Olivier Faure, dijo a la cadena de televisión France 2 que no se involucraría en lo que llamó una “parodia de la democracia” ahora que la perspectiva de un gobierno dirigido por la izquierda estaba descartada.
El Nuevo Frente Popular (NFP), una alianza de partidos que abarca desde los moderados Socialistas y Verdes hasta el euroescéptico Francia Inquebrantable (LFI), obtuvo más votos que cualquier otro partido en las elecciones parlamentarias anticipadas de este verano, lo que llevó a sus líderes a afirmar su pretensión de formar el próximo gobierno.
Sin embargo, sus esperanzas de gobernar se desvanecieron después de semanas de luchas internas y regateos en las que los rivales políticos dejaron en claro que se opondrían a cualquier gobierno de izquierda a menos que cortara lazos con el LFI y su líder agitador Jean-Luc Melenchon.
Macron, un centrista proempresarial, cree que el equilibrio de poder está más del lado del centro o del centroderecha. Pero cualquier alianza de ese tipo también requeriría abrir una brecha en la izquierda para ganar el respaldo de sus facciones más moderadas, algo que los líderes de izquierda han descartado en repetidas ocasiones.
“Su problema no es sólo Francia Indoblegable (LFI), sino la izquierda”, afirmó Faure. “No pueden aceptar unas elecciones en las que no salgan ellos ganadores”.
(Reporte de Tassilo Hummel; editado por Helen Popper)