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La izquierda francesa celebra la victoria de una boxeadora polémica como una derrota del “fascismo”

Los líderes de izquierda franceses elogiaron a Imane Khelif, la boxeadora ganadora de la medalla de oro en el centro de una disputa sobre identidad de género, diciendo que disfrutan bebiendo “lágrimas fascistas” por su controvertido triunfo olímpico.

La argelina de 25 años superó a Yang Liu de China para llevarse el título de peso welter femenino en París el viernes por la noche.

La Sra. Khelif fue autorizada a participar en los Juegos Olímpicos a pesar de haber fallado una prueba de elegibilidad de género realizada por la Asociación Internacional de Boxeo.

Su oponente en la primera ronda, la italiana Angela Carini, se retiró después de sólo 46 segundos, diciendo que nunca había sido golpeada tan fuerte antes y se retiró para “salvar mi vida”.

Los detalles de la prueba en la que supuestamente falló la Sra. Khelif no se han hecho públicos, pero se ha alegado que posee cromosomas masculinos XY.

Las reglas olímpicas se basan en el pasaporte que se entrega a los combatientes y los organizadores no realizan pruebas de género.

Elon Musk, JK Rowling y Donald Trump Se encuentran entre los que han criticado la participación de la Sra. Khelif, insinuando que es un hombre y argumentando que representa una amenaza para los competidores.

'Crítica fascista'

Pero después de su victoria, miembros destacados de la izquierda francesa se apresuraron a elogiar a Khelif por superar la “crítica fascista”.

Sandrine Rousseau, diputada de los Verdes, dijo: “Les decimos que las lágrimas de los fascistas los hacen más fuertes. ¡Bien hecho, Imane Khelif!”.

Aurélie Trouvé, diputada del partido de extrema izquierda La France Insoumise (LFI), dijo: “Bravo por Imane Khelif, que se enfrentó a tantos ataques inmundos con gran coraje. La mejor respuesta es esta medalla de oro. Fuerza para ella. ¡Qué campeona!”.

Ersilia Soudais, otra diputada del LFI, dijo: “Sigan llorando, fascistas. Yo bebo sus lágrimas”.

Ségolène Royal, ex esposa del ex presidente socialista François Hollande, declaró: “Cuando un hombre domina las competiciones, decimos que es un deportista excepcional. Sus hormonas no son objeto de examen”.

Francia ha reaccionado con más cautela que Gran Bretaña a la llamada cultura “woke”, con inquietudes transversales a los partidos sobre la importación de la política de los campus universitarios estadounidenses.

Jean-Michel Blanquer, ex ministro de Educación del presidente Emmanuel Macron, creó un grupo de expertos para defender a Francia de la cultura “despierta”.

Pero la alianza de izquierda francesa, el Nuevo Frente Popular (NPF), hizo campaña para que se permitiera a los ciudadanos cambiar fácilmente su género en cualquier ayuntamiento, una medida que Macron calificó de “completamente grotesca”.

El NPF, que incluye al LFI, quedó primero en las elecciones de julio, pero no logró conseguir la mayoría que le permitiera promulgar la política.