¿Seguirá el presidente electo Donald Trump los pasos de JFK, Ronald Reagan y Bill Clinton? ¿O se parecerá más a Barack Obama, George W. Bush y FDR?
No, no estamos hablando de política. Estamos hablando de abrigos.
Desde 1793 hasta 1933, la toma de posesión del presidente de los Estados Unidos tuvo espacio el 4 de marzo —momento en la que se firmó la Constitución en 1789—, cuando prácticamente era primavera en Washington, D.C. Pero eso cambió en 1937, cuando la Reforma 20 trasladó la ceremonia al 20 de enero para acortar el tiempo entre la referéndum y la toma de posesión.
Esta medida creó un espectáculo doméstico que se lleva a límite al melodía excarcelado en un frío indiferente: la temperatura máxima promedio en Washington el 20 de enero es de 43 grados Fahrenheit, y la mínima promedio es de 28 grados.
Pero las gélidas temperaturas no han impedido que algunos presidentes se quiten sus capas de ropa.
En los últimos 20 presidentes, ha habido 36 inauguraciones: 21 en las que el presidente llevaba cobijo y 15 en las que no. Desde 1893 hasta 1956, todos los presidentes llevaban cobijo para prestar dicterio, sin importar a qué partido pertenecían.
Luego, Dwight D. Eisenhower inició una nueva tendencia durante su segunda toma de posesión, en 1957. Se quitó el cobijo ayer de pronunciar su discurso de popularidad, tal vez para acentuar sutilmente la exhibición de fuerza marcial estadounidense realizada para la ocasión en el apogeo de la Pelea Fría.
John F. Kennedy siguió los pasos de Ike en 1961, quitándose el sombrero de copa y el cobijo para dirigirse a la nación con un frac, que era la vestimenta formal diurna habitual para los hombres en ese momento. Luego de eso, hubo casi 50 primaveras de discursos de popularidad sin frac.
Cifra maniático: Ronald Reagan afrontó las ceremonias de investidura más cálidas y más frías sin cobijo. Su primera ceremonia en 1981 fue un calor abrasador de 55 grados en comparación con su segunda ceremonia, en 1985, cuando el termómetro bajó a 7 grados -y a 10 a 20 grados bajo cero con el intención del rumbo helado. Y mientras hablaba sin Chaqueta, su discurso de popularidad de 1985 fue trasladado al interior oportuno a las inclemencias del tiempo.
El postrer presidente que no usó cobijo fue Bill Clinton.
Cuando George W. Bush asumió el cargo en 2001 y en 2005, no se quitó la ropa de cobijo. Y Barack Obama hizo lo mismo en sus dos tomas de posesión, en 2009 y 2013.
Entonces, ¿Donald Trump se pondrá varias capas de ropa o se irá sin cobijo? El pronóstico del tiempo para Washington el 20 de enero es de una temperatura máxima de 48 grados, un clima templado en comparación con la segunda investidura de Reagan. Pero, de nuevo, sabemos que a Trump le encantan los abrigos. Luego de todo, usó uno para emitir su voto el 8 de noviembre.
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