En una revisión fresco publicada en la revista Reseñas de la naturaleza Microbiología, Los investigadores analizaron sistemáticamente los pertenencias de diversos componentes dietéticos y regímenes dietéticos completos sobre la vitalidad microbiana intestinal. Analizaron estudios sobre regímenes dietéticos populares, incluidas las dietas mediterránea, vegetariana (basada en plantas), cetogénica y occidental, y descubrieron cómo las opciones dietéticas en diferentes períodos de las etapas de explicación humano contribuyen a los trastornos metabólicos y a los resultados de vitalidad en la momento adulta.
Encima, exploran las relaciones entre la vitalidad microbiana intestinal y los resultados posteriores en materia de vitalidad y enfermedad. Por postrero, destacan los avances en la investigación sobre la dieta y la microbiota intestinal, abordando los desafíos actuales y las áreas que requieren datos adicionales para mejorar la vitalidad pública.
Estudio: La interacción entre la dieta y el microbioma intestinal: implicaciones para la vitalidad y la enfermedad. Crédito de la imagen: CI Photos / Shutterstock
¿Qué es el microbioma intestinal y cómo influye la dieta en su composición y función?
El “microbioma intestinal” es el conjunto de bacterias, virus, protozoos y hongos que residen en el tracto digestivo (intestino) del huésped y que, en conjunto, forman un ecosistema dinámico e intrincado que afecta profundamente la vitalidad del huésped. Las investigaciones recientes exploran cada vez más las asociaciones entre la vitalidad microbiana intestinal y el bienestar del huésped. Los hallazgos sugieren que la composición y la riqueza relativa de la microbiota intestinal pueden alterar sustancialmente la susceptibilidad del huésped a las enfermedades, el asimilación de los nutrientes e incluso el bienestar psicológico.
Los estudios convencionales se centraban principalmente en los pertenencias de los antibióticos en la vitalidad del microbioma intestinal. Sin bloqueo, las tendencias de investigación recientes están cambiando para investigar los impactos de las opciones dietéticas a corto y desprendido plazo en el rendimiento del microbioma. Los avances en la secuenciación metagenómica y los estudio asistidos por inteligencia industrial (IA) han contribuido significativamente a esto postrero, reforzando nuestra comprensión de los fundamentos mecanísticos y fisiopatológicos de las interacciones entre la dieta y los microbios intestinales y, a su vez, facilitando el explicación de nuevas terapias centradas en la dieta contra problemas de vitalidad crónicos y agudos pasajeros comunes.
Lamentablemente, “lo que para uno es comida, para otro puede ser tóxico”: cada vez hay más pruebas que ponen de relieve las diferencias individuales en la composición del microbioma intestinal y, lo que es más importante, en la respuesta a las intervenciones dietéticas. Los estudios han puesto de relieve cómo las intervenciones dietéticas que benefician a algunas poblaciones geográficas pueden tener consecuencias adversas para la vitalidad en otras. Pegado con el aumento mundial de la popularidad de regímenes dietéticos objetivamente subóptimos (por ejemplo, la dieta occidental) y el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados, se necesita una sumario y un extracto exhaustivos de la amplia relación apto sobre el tema, tanto para los médicos como para el divulgado, para entender mejor qué podría beneficiarlos más a ellos (o a sus pacientes).
La presente revisión pretende acometer esta privación y al mismo tiempo destacar las lagunas actuales en el conocimiento irrefutable y sugerir las mejores prácticas para llenarlas y conseguir un mañana más saludable.
El impresión de los regímenes dietéticos sobre el microbioma intestinal
Se sabe que las dietas integrales tienen pertenencias positivos o negativos significativos en la composición y el rendimiento de la microbiota intestinal. Algunos de los regímenes nutricionales más comunes incluyen la dieta mediterránea y sus derivados, las dietas ricas en fibra, las dietas ricas en proteínas, las dietas vegetarianas/basadas en plantas, las dietas cetogénicas y la dieta occidental.
La dieta mediterránea hace hincapié en el consumo de alimentos no procesados, predominantemente de origen vegetal, grasas saludables, grasa de oliva y cantidades bajas a moderadas de productos lácteos y mariscos. Las carnes rojas suelen inhibirse, aunque en las regiones donde se consumen carnes rojas, su proporción en la dieta es mínima. Décadas de investigación han establecido este régimen dietético como el “típico de oro” en vitalidad y medicina preventiva, y la investigación sobre sus influencias en el microbioma destaca un aumento en la riqueza relativa de bacterias beneficiosas como Bacilo fecal prausnitzii y Rosaburia especiesadjunto a una reducción de los pertenencias nocivos Ruminococcus gnavus, Torques de Ruminococcusy Collinsella aerofaciens Poblaciones.
La dieta mediterránea verde, un derivado de la dieta mediterránea con pulvínulo médica que incorpora una longevo ingesta de plantas que su hermana, mostró por otra parte aumentos en Prevotella spp. y reducciones en Bifidobacteria spp., lo que contribuye a someter el peso corporal y mejorar los resultados cardiometabólicos. De guisa similar, las dietas vegetarianas/basadas en plantas comparten estos beneficios, ya que la entrada concentración de polifenoles en estas dietas confiere importantes beneficios antipatógenos y antiinflamatorios a los humanos.
Las dietas ricas en fibra se han recomendado durante mucho tiempo por sus beneficios duraderos para la pérdida de peso, y las investigaciones recientes sugieren que su consumo puede someter el peligro de enfermedades crónicas, incluidos los cánceres y la diabetes tipo 2. Recientemente, los patrones metabolómicos intestinales han revelado que promueven la riqueza de fibra. Bifidobacteria spp., Firmicutes y Lactobacilo spp. notables por su capacidad de metabolizar polisacáridos complejos, lo que contribuye a los beneficios para la vitalidad ayer mencionados.
Las dietas cetogénicas son cada vez más populares, especialmente entre los jóvenes occidentales preocupados por su vitalidad, a pesar de que en sus orígenes fueron una intervención para el tratamiento de la epilepsia. Estas dietas comprenden un consumo bajo en carbohidratos, detención en grasas y moderado en proteínas en un esfuerzo por rivalizar (o estimular) las respuestas metabólicas del ayuno. Esto obliga al cuerpo a producirse de utilizar carbohidratos a cetonas como fuentes de energía. La investigación metabolómica intestinal ha revelado que estas dietas están asociadas con disminuciones significativas en las poblaciones de Actinobacteria y Firmicutes. Algunos estudios han vinculado las dietas cetogénicas con una disminución de la respuesta inmune del huésped, aunque esta investigación a menudo es confusa y requiere más investigación.
Se ha observado que las dietas occidentales y las dietas ricas en alimentos ultraprocesados están asociadas con reducciones sustanciales en la riqueza de poblaciones microbianas beneficiosas y en la complejidad intestinal caudillo. Se sabe que estos patrones dietéticos causan enfermedades crónicas relacionadas con la dieta, como el sobrepeso y la obesidad, y sus comorbilidades (diabetes y enfermedades cardiovasculares), oportuno a un aumento anormal de los marcadores inflamatorios intestinales y una respuesta inmunitaria corta del huésped.
Brechas en la investigación coetáneo y potencial para el futuro
Una gran cantidad de humanidades que investiga los impactos de las dietas en la vitalidad microbiana intestinal se centra en uno de unos pocos alimentos, y solo los regímenes dietéticos más comunes (mediterráneo, vegetariano y occidental) se estudian a escalera holística. Encima, a pesar de que existe una cantidad cada vez longevo de humanidades sobre las diferencias en las respuestas de distintas poblaciones o etnias a las intervenciones dietéticas “típico”, esta ámbito de investigación sigue sin ser estudiada.
Los avances en técnicas multiómicas como la metagenómica, la metatranscriptómica, la metaproteómica y la culturómica permitirán una mejor identificación de las respuestas poblacionales o incluso individuales a diferentes alimentos y regímenes dietéticos, lo que permitirá el explicación futuro de la alimento de precisión. Este campo emergente rastreo adaptar las intervenciones dietéticas en función de las composiciones microbianas intestinales únicas de cada individuo o para acometer requisitos nutricionales o antienfermedades específicos.
“Al analizar la composición y la función del microbioma, es posible identificar componentes dietéticos insuficientes o faltantes en función de firmas microbianas específicas, así como pretender los probióticos o prebióticos adecuados para una vitalidad intestinal óptima. El uso de la dieta como una forma de alimento de precisión puede ser útil en la prevención, el tratamiento y el alivio de enfermedades.mi.”
Conclusiones
El microbioma intestinal y los hábitos alimentarios de su huésped están intrínsecamente vinculados. Las alteraciones en este postrero pueden afectar sustancialmente al primero, para admisiblemente o para mal. Comprender los fundamentos mecanísticos de estas asociaciones puede permitir el explicación de recomendaciones dietéticas personalizadas que puedan ayudar a combatir enfermedades, mejorar la vitalidad pública e incluso combatir trastornos psicológicos en el futuro. Hasta entonces, esta revisión destaca los pros y los contras de varios regímenes dietéticos populares para equipar a los médicos y a las personas preocupadas por la vitalidad con los mejores alimentos para incorporar en sus listas de compras y a los investigadores con las vías ideales para conseguir un futuro más saludable.