Los tres hombres acusados de matar a una mujer neozelandesa de 68 años en Fashion Island en Newport Beach el martes podrían enfrentar la pena de muerte, incluido un presunto autor ya condenado por múltiples delitos graves.
Leroy Ernest Joseph McCrary, de 26 años, de Los Ángeles; Malachi Eddward Darnell, de 18 años, de Los Ángeles; y Jaden Cunningham, de 18 años, de Lancaster, están acusados de arrojar a Patricia McKay a la calle y luego atropellarla con un vehículo mientras huían, según un comunicado de la oficina del fiscal de distrito del condado de Orange, Todd Spitzer.
McCrary, Darnell y Cunningham presuntamente asaltaron a McKay y a su marido, de 69 años, a punta de pistola mientras los visitantes de Nueva Zelanda esperaban que los llevaran después de un día de compras, lo que provocó un forcejeo.
Durante el altercado, Cunningham intentó agarrar las maletas de McKay y la arrastró hasta la calle, según dijeron los fiscales. A pesar de los esfuerzos del marido de McKay por salvar a su esposa, el conductor McCrary aceleró, lo sacó del camino y hirió fatalmente a McKay al arrastrarla 20 metros.
Darnell también disparó contra un buen samaritano que intentó intervenir, dijeron las autoridades.
Los tres fueron arrestados tras una persecución y enfrentan cargos por homicidio en circunstancias especiales, en el que una persona mayor de 65 años fue asesinada durante la comisión de un robo. También fueron acusados de intento de robo en segundo grado, un delito grave.
McCrary, quien anteriormente fue condenado por delitos graves por robo residencial en 2018, amenazas criminales en 2020 y robo en 2023, también fue acusado de evadir mientras conducía de manera imprudente.
Darnell también enfrenta cargos de intento de asesinato, un delito grave agravado por uso personal de un arma de fuego y un delito grave agravado por descarga personal de un arma de fuego.
Los tres se encuentran detenidos sin derecho a fianza.
En el comunicado, Spitzer dijo que la comunidad del condado de Orange “expresa sus más profundas condolencias” a la familia McKay y a toda Nueva Zelanda, y agregó que “la anarquía y la violencia no serán toleradas en nuestra sociedad”.
“Nuestros centros comerciales se han convertido en cotos de caza para criminales que acechan a compradores inocentes para robarles a ciegas porque nuestro gobernador y nuestra legislatura se niegan a responsabilizar a nadie por sus acciones”, dijo. “Las acciones tienen consecuencias y no debería tener que resultar en la muerte de una mujer mayor que simplemente disfrutaba de un día de compras con su esposo para que nuestros líderes electos en Sacramento se den cuenta de que esto es el producto de sus políticas blandas contra el crimen que alientan la criminalidad mientras sacrifican la seguridad pública. Esto es el condado de Orange y nos negamos a aceptar que esto sea la nueva normalidad. Los criminales serán responsables y la violencia nunca será aceptable”.